Isla de Lobos en Kayak
Visita a Isla de Lobos. 26km ida y vuelta de Pta. del Este. Navegando en Mar abierto, y
entre miles de lobos. Un día inmejorable y muy buenos momentos.
Relato
de “ Visita a Isla de Lobos “
El grupo de Kayakismo Aguas Abiertas del ACAL Náutico Club,
esta vez tiene la intención de repetir la visita con nuevos compañeros, a la Isla
de lobos.
Sabiendo que tiene el tercer faro más alto de mundo, que data de 1906. Comprendiendo que por su ubicación es testigo y alberga a una gran cantidad de naufragios. Siendo una de las reservas más grandes de lobosa marinos.
Luego de recibir agradecidamente el permiso de DINARA y Prefectura Pta. Del Este.
Nos embarcamos una fría mañana de Junio, en la playa el Mejillón (al lado del puerto de Pta. Del Este). Para navegar 26 Km ida y vuelta hasta este imperdible lugar.
Sabiendo que tiene el tercer faro más alto de mundo, que data de 1906. Comprendiendo que por su ubicación es testigo y alberga a una gran cantidad de naufragios. Siendo una de las reservas más grandes de lobosa marinos.
Luego de recibir agradecidamente el permiso de DINARA y Prefectura Pta. Del Este.
Nos embarcamos una fría mañana de Junio, en la playa el Mejillón (al lado del puerto de Pta. Del Este). Para navegar 26 Km ida y vuelta hasta este imperdible lugar.
Habíamos quedado en juntarnos a las 7:30 en nuestro querido ACAL para cargar
los kayaks en los autos. Y así fue. 7:30 estábamos, casi todos subiendo las
embarcaciones con el cuidado de siempre y atándolos como corresponde. Mates de
por medio y comentando como por decima ves entre nosotros, de quien había navegado
con lobos y quién no. Quien había ido a
“las pipas” y si estuvieron cerca o no de estos animalitos.
En eso llega Hector, que como siempre que prefectura
dispone, nos haría el apoyo náutico con un semirrígido. Llego disculpándose por
la demora aunque estábamos muy bien de tiempo y nos explico los percances que tuvo
hasta llegar al club.
Mirando y controlando todo. Cabo va, cinta viene, hasta que alguien
dijo “ bueno esta pronta el agua para el viaje, ¿ Donde compramos los bizcochos
? “ y partimos a Pta. Del Este. 4 autos y el tráiler con el semirrígido.
El único que repite
esta inolvidable visita es Alejandro Rodríguez. Gracias a él y el grupo que fue
en 2009, ya teníamos una referencia en cuanto a solicitud de permisos,
corrientes, vientos, densidad de lobos, y demás información, necesaria y no
tanto para disfrutar, sin contratiempos, este gran contacto con la naturaleza,
y una indiscutible parte de nuestra fauna marina.
Tuvimos el placer de compartir esta salida con dos
kayakistas que conocimos en el Primer Encuentro Nacional de Kayakistas, en mayo
de este año.
En esta oportunidad los palistas fuimos: Ale, Eduardo, Mauri, Nico, Ernesto, Luis y Aníbal. Y en el apoyo se hicieron presentes: Hector y Amigo, Romi (kayakista), Seba(kayakista) y una amiga.
“ Control pta del este, aquí Tasco….. siendo 10:30hs estamos saliendo junto a los 7
kayakistas rumbo a Isla de Lobos “ anunciaba nuestro apoyo y nosotros escuchábamos
por nuestras radios.
Y ahí estábamos, frente a Isla Gorriti, mirándonos entre todos, comentando y
sin poder creer las condiciones del mar, viento y el clima que estábamos
viviendo. Realmente inmejorables.
Avanzamos un kilómetros hasta que en el momento de pasar por el límite entre el Rio de la Plata y el Océano Atlántico divisamos la Isla.
La temperatura era de 8°. Y nosotros con el ejercicio estábamos muy a gustos. Aunque siempre hay alguno que se abriga de más. Así fue que tuvimos que asistir a un compañero, para que se saque la campera. Tenía el traje de neopreno y campera, sin contar el chaleco, que siempre esta. Así que nos amadrinamos, le sacamos la campera y se la guardamos en el tambucho trasero. De ahí en adelante, el hombre pudo respirar.
La navegación fue un placer, los kayaks avanzaban sobre la seda que el mar definía, y nos permitía disfrutar de cada palada, conversando sin preocuparnos por nada. Hasta que nos encontrábamos con alguna corriente que se hacía notar desde lejos. La primera vez nos preguntamos si era viento sobre la superficie del agua. Hasta que llegamos al lugar y nos dimos cuenta que era una gran corriente que hacía que la seda en la que navegábamos, se transformara en un mar levemente rizado. Aumentando sus ondas, generando alguna olita para poder correr y divertirnos de vez en cuando.
Avanzamos un kilómetros hasta que en el momento de pasar por el límite entre el Rio de la Plata y el Océano Atlántico divisamos la Isla.
La temperatura era de 8°. Y nosotros con el ejercicio estábamos muy a gustos. Aunque siempre hay alguno que se abriga de más. Así fue que tuvimos que asistir a un compañero, para que se saque la campera. Tenía el traje de neopreno y campera, sin contar el chaleco, que siempre esta. Así que nos amadrinamos, le sacamos la campera y se la guardamos en el tambucho trasero. De ahí en adelante, el hombre pudo respirar.
La navegación fue un placer, los kayaks avanzaban sobre la seda que el mar definía, y nos permitía disfrutar de cada palada, conversando sin preocuparnos por nada. Hasta que nos encontrábamos con alguna corriente que se hacía notar desde lejos. La primera vez nos preguntamos si era viento sobre la superficie del agua. Hasta que llegamos al lugar y nos dimos cuenta que era una gran corriente que hacía que la seda en la que navegábamos, se transformara en un mar levemente rizado. Aumentando sus ondas, generando alguna olita para poder correr y divertirnos de vez en cuando.
Luego volvíamos a conversar
tranquilos, viendo por popa como la ciudad se alejaba y con ella, todas las
preocupaciones y estrés, escapando aquellas horas de la rutina. Una sensación
que definitivamente hay que vivirla. Mientras que a proa y a nuestros lados ya
estábamos disfrutando del placer que deja la navegación en kayak, o cualquier
embarcación que no contamine con su ruido los sonidos del mar, las aves, del viento
y en este caso, hasta de los lobos, que nos fueron a recibir a unos 6 km de la
isla.
Habíamos formado unos 2 grupitos con poca distancia entre nosotros. De repente vemos que el grupo de adelante se detiene. Pero todos al mismo tiempo. Y segundos después vemos 3 lobos que saltando como delfines y muy rápido se nos venían de frente. Pasaron muy cerca de nosotros y después por unos minutos nos siguieron hasta que desaparecieron.
Poco a poco se agrandaba frente a nosotros la isla. Se prestaba a ir adivinando que era cada cosa. A la derecha se nos hacia un acantilado de cómo 20 metro y sin mucha vegetación. Y a la izquierda el enorme faro. Del lado del faro se ven las construcciones y más a la izquierda, fuera de la isla, lo que parecía ser una gran roca.
Y así adivinando cada cosa nos fuimos acercando. Viendo que
el acantilado, termino en rocas que suben en un pequeño ángulo y forman la isla
de ese lado. Y que la gran roca, es la caldera del Santander (barco hundido en 1895). Recordándonos que este faro
el centinela de decena de naufragios.
Cada vez más cerca, se iban divisando manchas negras en toda la franja costera, que al principio no queríamos creer. Pero cuando estuvimos lo suficientemente cerca, no quedo más remedio que aceptar que la isla pertenece a los Lobos y Leones Marinos, en toda su extensión.
Cada vez más cerca, se iban divisando manchas negras en toda la franja costera, que al principio no queríamos creer. Pero cuando estuvimos lo suficientemente cerca, no quedo más remedio que aceptar que la isla pertenece a los Lobos y Leones Marinos, en toda su extensión.
En el muelle nos estaban esperando los fareros y el cuidador
de la isla. A ellos y a las autoridades que otorgaron los permisos les
agradecemos la amabilidad y buena disposición que siempre tienen con el Club
ACAL.
Desembarcamos con los kayaks entre el maltrecho muelle y un grupo de 6 u 8 pelucas que eran los dueños de la playa.
Desembarcamos con los kayaks entre el maltrecho muelle y un grupo de 6 u 8 pelucas que eran los dueños de la playa.
Como no está permitido recorrer la isla, nos limitamos a juntarnos todos y almorzar lo que habíamos llevado. Comentando a Olivera (cuidador) sobre la navegación y escuchándolo a él sobre los lobos, los científicos que van a estudiarlos y cifras que nos parecían descomunales. El faro tampoco está apto para visitas y se entiende ni bien se lo ve a la distancia. Tiene largas grietas en sus 59 metros de altura. Al igual que no pudimos visitar los corrales que dejaron de operar en 1992, cuando Uruguay decide dar un ejemplo de protección. Prohibiendo la interacción humana con los lobos.
Luego de 2 horas de conversar y aprender mucho sobre esta fauna protegida de nuestras costas. Nos aprontamos de a poco para comenzar el retorno. Nos sacamos las últimas fotos en la isla y nos embarcamos con la idea de circunvalarla y visitar Bajo de Lobos que es una mini-isla más al este de lobos.
Ni bien comenzamos a navegar bordeando la costa, todas esas
manchas negras que de lejos veíamos, se movían hacia el agua zambulléndose y
acercándose a los kayaks. Saltando, sacando la cabeza, hundiéndose y volviendo
a salir nos acompañaban cientos de lobos por todos lados. Como aceptando
nuestra visita y posando para las fotos. Esto fue una experiencia inolvidable
para todos nosotros. Fue una conexión única. Que se logra muy pocas veces. No hacía
falta hablar entre nosotros. Pero por lo mismo. Por esa intensidad de sentirse
parte de esta naturaleza. No hay imágenes ni relatos que puedan definir ese
momento. Simplemente hay que vivirlo.
Al rato de disfrutar este contacto, sacamos la cuenta y
vimos que no podíamos hacer la circunvalación porque íbamos a quedar muy justos
en horas de sol, por lo que decidimos volver. La vuelta se dio entre despedidas
de lobos, algunas aves que aún no identificamos. Que también curiosamente se
nos acercaban volando a pocos metros. Con un atardecer digno de un gran día de
navegación. Todos llegamos a Pta. del Este con la satisfacción de haber vivido
esta nueva travesía intensamente.
“Control Pta. del Este, aquí Tasco…… para informar que
estamos en puerto, con una buena navegación, sin novedad…. Buena jornada y
hasta la próxima….. “
Con estas palabras. Entre un mágico atardecer, con el sol
ocultándose por detrás de Isla Gorriti. Comenzaba esta nueva mezcla de recuerdos,
comentarios, planificaciones de próximas salidas, y juntarnos a ver fotos de esta
maravillosa y repetible visita a Isla de Lobos.
Hasta la próxima expedición en Kayak de Travesía
Agradecemos como grupo, profundamente las autorizaciones correspondientes de la PNN y
DINARA. Gracias por apoyar al Kayakismo uruguayo.
Agradezco personalmente a la Revista Uruguay Natural, por el apoyo y difusión que dan a
estas actividades al aire libre y contacto responsable con la naturaleza.
Publicación de la revista Agosto 2012. Tapa y Pag. 26
http://www.uruguaynatural.com.uy/index2.html
Mas fotos de esta experiencia inolvidable
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